PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

Conoció a los 14 años de edad a su padre en una fiesta en campaña. Recuerda su rosto, su mirada. Y se preguntaba ¿Por qué no me mira? ¿Por qué no me abraza? Sentía dentro de mi miedo, vergüenza y enojo. Recuerda a verlo visto 3 veces, pero él padre siempre lo esquivo con la mirada. ¿Qué le hice de malo? Lo criaron, sus tíos, primos y abuelo materno. Hombres que le hicieron sentir que era una molestia, un niño que llevaba el apellido de su padre, el cual no lo acepto en su vida. Recuerda que de niño tenía que levantarse todos los días 6:00hs am de la mañana e ir a trabajar la tierra. Dejar la plata que ganaba, en la casa. Sabía que debía obedecer, de lo contrario el castigo era peor que pasar frio en el campo. En la escuela de tarde disfrutaba de jugar, ahí si le daban permiso. Me preguntaba ¿Por qué no tengo papá? ¿Quiénes son mis abuelos paternos? Ver a mis compañeros con su papá a la salida de la escuela y yo irme solo era triste. El falleció hace muchos años, fui a su velatorio. Todos me miraban como un extraño, pocos sabían de mi existencia. Yo solo pensaba “Hoy te vuelvo a ver, a mirar para despedirme. Mil preguntas quedan sin respuestas, pero había una que dolía ¿Por qué me abandonaste?” “No quiero nada de sus pertenecías ni vienes. Solo saber de su historia “La cual fue negada, por los familiares paternos. El tiempo pasó y un día año 2023 sintió que no podía más, muchos años lloro y se preguntó sin conseguir respuestas. Pensó: Hoy quiero apagar mi mente. Salió de trabajar preparo el mate le escribió a su madre, hermanas maternas y su novia. “Necesito apagar mi mente, te quiero”. Se sentó a mirar el agua pocos minutos, que parecieron horas. Su vida paso frente a sus ojos, quería apagar ese dolor en el pecho. Pensó en tirarse, pero no pudo no tuvo la fuerza. Lagrimas caían de sus ojos y sintió un ruido. La policía lo traslado llegó al hospital y esos días internado por IAE e Ideas de muerte, le permitieron descansar, sentía culpa y vergüenza. Pero ahí estaba su mamá acompañándolo. “No sé qué pensé, no sé si me quería matar, solo quería apagar mi mente” Era todo los que decía. Ahora un equipo de salud mental lo acompaña, Dra. Psiquiatra, Residente Lic. Psicología. Volvió a trabajar, volvió a ver a su sobrino, disfrutar de unos mates. Proyecta el próximo año retomar sus estudios, porque de niños soñaba con ser contador público.

Mi nombre es Ana, lamentablemente hace unos años mi hijo menor, muy joven, tomó la decisión de quitarse la vida. Desde ahí y mucho antes mi vida ha sido un calvario de dolor y tristeza. Todo empezó cuando tenia 14 años... las primeras salidas, consumo de alcohol con amigos y luego las salidas a los bailes. El consumo aumentó, empezó a cambiar su carácter, se volvió agresivo, pero pensábamos que era parte del ser adolescente. Luego vino el abandono de los estudios, las salidas hasta altas horas de la noche, el no hacer caso en nada. Un día una amiga me dice que estaba consumiendo y vendiendo drogas para poder consumir. Ya habían faltado cosas en mi casa pero no podía creer que era el. Cambiaron sus amigos, cada vez lo veía menos. Buscamos ayuda por todos lados pero el nunca quiso ir a ninguna consulta. Esto fue de peor en peor, ya era un desconocido en nuestra casa. Debía dinero, y su vida era consumir. Un día me llaman para decirme que lo encontraron muerto, se había suicidado. Después de eso, el dolor, la tristeza interminable de nuestra familia, las culpas, el sentir si podíamos haber hecho algo, todo muy triste y enloquecedor. Quiero dejar un mensaje a los jóvenes y sus padres, busquen ayuda, hay muchos lugares donde pedirla, agoten los recursos y juntos luchemos contra las malditas drogas, que llevan a perder vidas jóvenes , muy jóvenes, demasiado jóvenes